Carrie
de Stephen King
Históricamente se conocen varias circunstancias por las cuales Carrie casi deja de existir. La primera, y la que King siempre resalta, es que el libro trata de mujeres, tema generalmente desconocido por él (cuando lo escribió, actualmente ya ha escrito muchos libros más en los que las mujeres cobran un rol protagonista, y esas novelas son geniales), y por eso se le resistía mucho. Tanta fue la lucha contra ese mundo femenino, que King decidió tirar el manuscrito. Pero, curiosamente, una mujer (la más importante en la vida de King, diría yo), recogió aquellas páginas de la basura, las leyó y pidió a King que terminara lo que había empezado, porque le parecía buen material. Stephen terminó Carrie, lo mandó a la editorial y fue aceptado. Esa mujer se llama Tabitha Sprouce (ya en esos momentos era Tabitha King, y hasta el día de hoy sigue siéndolo), y a ella todos los lectores, e incluso el propio King, le debemos mucho. Muchísimo
Carrie fue el sorprendente comienzo de King, una ópera prima sin igual, y aunque desde el principio no fue un best-seller, se convirtió en uno gracias a la adaptación cinematográfica de la novela por el director Brian DePalma (que, por otra parte, magnífica película, pero yo he venido a aquí a hablar de libros).
Portada de la edición de bolsillo de Carrie.
Como datos técnicos y generales, ya no hay que decir que es la primera novela de Stephen King publicada, pero sí diré que es una novela que pertenece al género epistolar, de terror y suspense. Que consta de tan sólo 256 páginas, formato de bolsillo, y tiene un precio de 7,95 euros. La novela nos cuenta el escalofriante caso de una chica muy maltratada en el instituto por parte de sus compañeros que descubre un don que le cambiará la vida: es capaz de mover objetos con la mente.
Es simplemente un excelente libro que explora el tema de la adolescencia, del bulling (o como se escriba), de los poderes ocultos de la mente y de la venganza. King aquí crea un personaje que enseguida podremos comparar con alguna otra chica que podríamos haber visto también en nuestro propio instituto. Es de estas chicas que son diferentes a todo el mundo, es callada, sumisa, obediente, al contrario de las demás chicas de su edad, y al parecer, eso causa cierto rechazo. El libro comienza en un momento crucial en la vida de toda adolescente: la aparición de la regla. La mala suerte de Carrie White es que esa regla aparece mucho más tarde de lo habitual, y que aparece en el momento menos oportuno: en la ducha del instituto, delante de las otras chicas.
Lógicamente, Carrie ve sangre y su inexperiencia la alerta: cree que está muriendo. Ante esta reacción, las chicas se burlan de ella, montando un espectáculo bochornoso que Carrie no olvidará nunca. Ese es el pistoletazo que da comienzo al libro.
La forma en la que está escrita el libro me parece muy acertada (y creo que King no la ha utilizado nunca más). Es como si fuese un dossier que ayuda a comprender los fatídicos acontecimientos producidos en Maine. Otra cosa que me ha parecido magistral es el alertarnos desde el principio que ha sucedido algo, manteniendo la tensión y el suspense, y haciendo que el lector se pregunte en todo momento qué es ese dichoso algo. Volviendo al asunto del dossier, en la novela se incluyen fragmentos de libros, de entrevistas, de diarios, pero también incluye a un narrador omnisciente, que funciona así como una especie de Dios, que es el que nos descubre a la Carrie interior.
Los personajes desarrollan roles bastante claros en la historia: Todos (salvo dos o tres) son antagonistas, y sienten repulsión por Carrie White. Hay que mencionar especialmente a un personaje que en mi opinión, se convirtió en el primer personaje aborrecible del universo de Stephen King: Miss Margaret White, la madre de Carrie. La Señora White es una religiosa entregada, que educa a su hija a base de golpes de la Biblia en la cabeza. Su fe ciega en Dios llega hasta tal punto que comete locuras. La elaboración de este personaje es un gran trabajo de King, que se esfuerza en dejar bien claro que no siempre ser religioso significa ser buena persona.
Portada original de Carrie. La chica de la ilustración se supondría que es Carrie, pero según la describe King, se trata de una chica rubia, por lo que la portada no tiene relación con el interior del libro
Con la regla, Carrie llega a una madurez en la que desarrolla no sólo su cuerpo, sino también un talento que tenía oculto: la telequinesis, el mover objetos con la mente. El ambiente se torna distinto cuando Carrie descubre este poder, lo domina y lo utiliza, en principio para nada malo. Pero se verá obligada (aunque suene un poco a mafioso) a usarlo para fines distintos en el clímax del libro, en la fiesta del instituto, el momento de mayor esplendor de la novela.
El final (que no tiene nada que envidiarle al clímax de la novela, anteriormente mencionado) nos deja sin aliento. Aunque al lector le pueda parecer injusto ese final, no lo es tanto. Una vez se ha terminado el libro, y se reflexione sobre él, podrá ver que no existía otra cosa que hacer con ese asunto. Carrie termina como tiene que terminar, para nada parece un final apurado. Igualmente, aunque King no se esmere demasiado en las descripciones de los personajes, el libro tiene la extensión justa. Las mejores cosas, en frascos pequeños.
El capítulo final, que no tiene nada que ver con Carrie, hace que el lector tenga una premonición y se quede satisfecho con el resultado. Ese anexo confirma que hay más Carries en el mundo. Pero no hablo de la Carrie humana (que hay muchas y muy diversas, repartidas por el mundo), sino de la Carrie sobrenatural. Y yo creo que es cierto. La ciencia sólo conoce un 5 % de nuestro cerebro. ¿Quién dice que no tenemos ningún talento oculto? Lo complicado es encontrarlo.
Respecto a Tabitha King, la mujer de Stephen, la que salvó el manuscrito de las garras del olvido, se ha convertido en un elemento frecuente en la literatura de Stephen King desde aquel mismo momento en el que Viking Press imprimió el primer ejemplar de Carrie . El escritor siempre le estará agradecido a su mujer, y hasta ahora, el nombre de Tabby es el más veces ha salido en las páginas de las dedicatorias y agradecimientos de sus libros. Así que mil gracias, Tabitha King, por Carrie y muchos otros.
Como idea final diré que el mejor debut para un escritor sería, sin duda alguna, un libro como Carrie , que se ha convertido en un título de culto en la literatura del terror (y en el cine también), y que nos transporta a ambientes sofocante y amenazador. El comienzo de la larga historia de Stephen King. El determinante. Impresionante e imprescindible.
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Carrie, en definitiva, fue la historia que me hizo amar a S. K.
Es una gran reseña la que has hecho aquí, te envío un caluroso saludo :)