Había pasado la hora del té, y ya se había puesto a escribir. Desde la habitación desde la que lo hacía, podía ver perfectamente los edificios de East Sussex. Fuera, todo estaba de un gris propio de Londres. De su Londres. Se detuvo un minuto a mirar hacia el exterior.
Londres había cambiado, por supuesto. Socialmente había evolucionado bastante, y eso le enorgullecía. Los derechos de los niños, sobretodo, habían cambiado. No podía hacer otra cosa que recordar a sus niños, Oliver y Amy, que en realidad ya eran niños de todo el mundo. Oliver Twist y Amy Dorrit. ¡Cuántas peripecias habían sufrido entre los tres!
El tercero era él mismo. Su última peripecia había pasado hacía ya unos cuantos años, pero todavía la recordaba como si hubiese sucedido aquella misma mañana. Pero en realidad no era una peripecia realmente física, sino psicológica. El incidente del tren lo dejó tan mal por dentro, como tan ileso había quedado por fuera. Nunca logró ser el mismo, incluso Wilkie lo decía.
Inmediatamente después del tren, a su mente vino Ellie, la mujer por la que moría de amor. La había conocido en un cásting, y desde aquel momento la había amado. Pero el tren los separó. A veces, él se preguntaba por qué ningún fantasma del futuro lo había visitado. Y, con esta idea, se sumergía en sus recuerdos.
Cuando volvía al mundo real, continuaba escribiendo. Hoy poco había escrito. La nueva novela le estaba costando. Suponía que era por su dominio del género. Aun así, tenía un buen final para el Misterio de Edwin Drood. Creía que podía ser uno de los mejores finales de su carrera.
Charles Dickens suspiró, y guardó sus papeles. Se dijo a sí mismo que por hoy era suficiente. El día de su cumpleaños debía emplearlo en hacer otras actividades. Salió por la puerta y se dirigió al teatro.
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Evidentemente, probablemente el 99 % de las cosas que aquí relato no sucedieron en realidad, ni se sostienen en ninguna base histórica. Es tirando un poco de su biografía, y de las cosas que sé de él. Los que sepan más cosas probablemente hallen fallos, o aciertos, al vuelo. Pero es que solamente quería honrar al escritor británico.
Hoy se cumplen 200 años del nacimiento de Charles Dickens, sin duda un gran novelista. Sus obras forman parte de las joyas literarias de la literatura universal. Yo animo a todos los lectores de éste blog, sean asiduos o no, a leer algo de Charles Dickens. Merece la pena. Por otra parte, los próximos días los dedicaré a material relacionado con Dickens.
Para terminar, una frase del maestro:
El hombre nunca sabe de lo que es capaz hasta que lo intenta
Dickens