Bachman Books: El fugitivo (1982)

Ya sabemos (porque he hablado en muchas ocasiones sobre el tema en este blog) que Stephen King ha publicado siete libros bajo el seudónimo de Richard Bachman. La mayoría de los Bachman Books, como yo les llamo, fueron escritos antes de Carrie. Cuando King dijo de era Bachman, los magnates de las editoriales vieron una gran oportunidad de hacer más dinero y editaron los cuatro primeros libros de Bachman en un sólo tomo. Ahí, King decidió explicar por qué fue Bachman, pero además, dio su visión sobre los libros aquellos. Decía que de las cinco novelas previas a Carrie, dos de ellas eran malas, una aburrida, pero otras dos le parecían buenas. Las dos buenas eran Rabia y Carretera Maldita. Eso demuestra que por entonces, King no sabía lo que hacía, porque creo que nadie pueda catalogar El fugitivo (libro que a continuación reseñaré) de malo o aburrido.

Portada de la edición de bolsillo de "El fugitivo". Como siempre, no tiene nada que ver con el libro, pero podríamos darle un significado metafórico.

Como datos técnicos y generales, huelga decir que es el cuarto libro de Richard Bachman, y el octavo libro de King (si lo situamos por año de publicación, El fugitivo [1982] iría entre Cujo [1981] y Christine [1983]) , cuenta con 304 páginas, formato de bolsillo, y un precio de 8,95 euros. El libro se sitúa en el futuro, en el año 2025, en el que un hombre de treinta años llamado Ben Richards se ve en tal apuro económico que tendrá que acudir al éxito televisivo de esos años: El Fugitivo. Se trata de un reality-show que consiste en una caza. La caza del concursante, que tendrá que huir como pueda para salvar la vida. Después de ocho días, si continúa vivo, se le entregará el premio: un maletín lleno de billetes. Ben Richards será ese concursante al que todo el mundo (y con todo el mundo me refiero incluso a los transeúntes) tendrá que dar muerte.

Cualquiera que haya visto la tele por estos días, se habrá dado cuenta de que el argumento de El fugitivo perfectamente podría llegar a materializarse en la vida real. King, sin saberlo, construyó una novela futurista diferente y con una crítica social más que notable. A medida que han pasado los años desde que este libro fue escrito, el ser humano ha adquirido una extraña especie de morbo que lo ha llevado a ver programas en los que se puede llegar a acabar con la vida privada y sentimental de personas tanto anónimas como famosas. Y todo esto, los que están del otro lado de la pantalla (tanto si eres presentador, como colaborador, o concursante en uno de esos programas) lo hacen por dinero. Conclusión: la sociedad está involucionando. Y sí, puede llegar a los límites que plantea El fugitivo.

Si dejamos a un lado la crítica social (que es, para mí, lo mejor del libro), El fugitivo no pierde demasiado porque se trata de un thriller, lleno de suspense y acción. Un cóctel realmente atractivo para el lector. Primeramente la historia plantea la situación por la que Ben Richards tiene que presentarse al concurso: su hija acaba de nacer, y ni él ni su esposa Sheila tienen una economía sostenible como para que la niña crezca sin problemas. No sólo hablo de crecer sin necesidades típicas de una niña que, al no tener, puedan causar rechazo entre sus compañeros, o pueda la propia niña repelerse a sí misma y a su entorno. También hablo de salud. Los medicamentos cuestan un dinero que no tienen.

Aquí ya nos deja bien claras las condiciones del protagonista y presenta un futuro más pobre del actual o el de hace más años. También nos describe unos suburbios y unas ciudades mucho más industrializadas y echadas a la cloaca que en cualquier otra época, contando también con los siglos anteriores al XX, cuando la sociedad carecía de una higiene y organización que hoy día si que tiene.

El concurso, su mecánica y su desarrollo son la base de la novela. Es un concurso mundialmente famoso, e increíblemente interactivo, y eso King lo demuestra porque la fama que adquiere Richards tan solo dos programas después, es enorme. Es la víctima número 1 de América. Es imprescindible verlo muerto.

El personaje de Richards es un hombre que profesa un profundo amor a su familia, y por eso se sacrifica y participa en esa locura llamada El fugitivo, y se plantea romper el récord de supervivencia. Es un hombre cuya inteligencia no se formó a base de libros, ni era un hombre de mucha cultura. Se valía de lecciones de la vida, de la inteligencia de la calle, cosa que se sirvió para esconderse de sus cazadores.

Pero Richards no aguanta mucho dentro de sus casillas, dado que lo asecha casi todo el mundo, llegando a cometer un delito, en el clímax de la novela. Aquí conocemos a un personaje singular que contrastará con el personaje de Richards, siendo, en todos los sentidos, su polo opuesto. En este tramo de la novela King aprovecha y nos da una visión de la clase alta de ese 2025.

El final es frenético, sangriento, gore y raro. Todo se saca de quicio, hasta llegar a límites insospechados por parte de Richards. Se trata del final más cañero que he visto en toda la literatura de King. El protagonista se da cuenta de lo que hace, por qué lo hace, pero no escarmienta y decide seguir adelante. En las páginas finales se da un merecido escarmiento a todo el mundo. Los directivos de ese mundo tan diabólico que es la televisión terminan de forma realmente satisfactoria para el lector. Se ha hecho mucho hincapié a lo largo de los últimos diez años en el final de El Fugitivo, y gracias a este (y otros libros, como Apocalipsis) King ha ganado el título de visionario ocasional. Sólo os puedo invitar a leerlo para saber el por qué.

Portada de la versión original del libro. Esta sí que guarda relación directa con el contenido. Lo que sostienen las manos sería una nueva especie de tele. En el interior, un Richards al borde de la locura.

Estéticamente el libro también es muy interesante. Aunque yo no me he leído todos los libros de Stephen King (aunque parezca que sí, pero en realidad no), puedo asegurar que nunca te vas a encontrar una distribución de capítulos y del paso del tiempo como la que tiene El fugitivo. Se trata de una cuenta atrás, comenzando por el 100 y acabando en el 0. Aún así, el libro no tienen ningún tipo de pérdida, tiene una prosa bastante sencilla, y dado a que sus 304 páginas contienen gran carga de acción y prácticamente podríamos describirlo como una carrera a contrareloj, pasan con rapidez. El lector lo podrá acabar perfectamente en menos de una semana, y experimentará una sensación de que el viaje ha sido realmente corto. Parecerá como si se despertara de una pesadilla de quince minutos, y sólo recordaras el final de ese mal sueño. Una sensación que realmente es gratificante para los lectores de thrillers atrayentes.

En resumen, creo que El fugitivo no podrá pasar de moda jamás. Aunque esté situado en un año concreto, la novela hace una reflexión y una crítica de cualquier momento de la sociedad. De la de ahora, de la del futuro, y también de la sociedad del pasado. Que, por cierto, no va bien últimamente. Un libro necesario para darse cuenta no sólo de lo morboso del ser humano, sino también de sus ganas increíbles de acaparar el dinero, lo obtenga por el método que lo obtenga. Así que, como véis, no creo que King haya juzgado como se merece esta creación (escrita en una sola semana, por cierto)y por eso se merece más oportunidades. Muchas más.

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